Armando Tomey, destacado actor cubano nacido en Camagüey en 1955, brilló en cine, teatro y televisión. Su carrera abarcó múltiples géneros y proyectos, pero su legado ha dejado inquietudes sobre su paradero actual y su nueva vida en Estados Unidos.

Armando Tomey se graduó en Arte Escénicas en el Instituto Superior de Arte de La Habana, especializándose en actuación. Su versatilidad lo llevó a participar en obras teatrales tanto en el ámbito nacional como en clásicos universales. En televisión, su talento lo impulsó a involucrarse en series policíacas, comedias, teleplays y telenovelas, dejando su huella en la pantalla.

Destacó por su papel en la telenovela «Sol de Batey», donde su inolvidable frase «¡oh Charito, oh!» se quedó en la memoria de los espectadores. También protagonizó la telenovela «La cara oculta de la luna», donde interpretó a Mario, abordando un rol desafiante y recibiendo elogios por su interpretación.

Después de una prolífica carrera en Cuba, Armando Tomey tomó la decisión de dejar la Isla en 2013 y establecerse en Estados Unidos junto a su esposa Raisa Ramos e hijos. Este movimiento significó un giro radical en su vida. Dejó atrás la actuación y comenzó a trabajar como chófer de Uber, alejándose de los escenarios para abrazar una nueva realidad.

En su nueva vida, Tomey ha encontrado tiempo para explorar otras facetas creativas, como el arte plástico. Comparte sus dibujos en las redes sociales, mostrando su talento en un campo distinto pero igualmente expresivo.

Aunque Armando Tomey ha dejado la actuación en la pantalla, su legado sigue vivo en la memoria de los cubanos. Su participación en proyectos televisivos y teatrales dejó una huella imborrable. Hoy, disfruta de su familia y explora nuevas formas de expresión, recordando con satisfacción su carrera en el mundo del arte.

El actor que cautivó a la audiencia con sus roles y su carisma ha dado paso a un nuevo capítulo en su vida, donde la creatividad y la adaptación son protagonistas.