El rostro familiar de Larisa Vega, reconocida actriz cubana, solía iluminar la pantalla grande y chica durante más de tres décadas. Su brillante carrera se tejió a través de una serie de producciones cinematográficas y telenovelas que dejaron una huella imborrable en la cultura audiovisual de la Isla. Sin embargo, en los últimos años, su camino dio un giro inesperado, llevándola desde los reflectores hasta el mundo de los bienes raíces en Estados Unidos.

Desde películas como «Tiempo de amar» bajo la dirección de Enrique Pineda Barnet, hasta «Ciudad en rojo» de Rebeca Chávez, y telenovelas como «Magdalena», «Retablo personal» y «Añorado encuentro», Larisa Vega demostró su capacidad de cautivar al público y dar vida a personajes memorables.

Sin embargo, un nuevo capítulo en la vida de Larisa Vega comenzó a escribirse hace unos años. En 2015, tomó la decisión de establecerse de manera definitiva en Estados Unidos. Hoy, reside en Cape Coral, South Florida, a unas tres horas de Miami, donde ha canalizado su energía y conocimiento hacia una nueva dirección: la industria inmobiliaria.

Con su llegada a tierras estadounidenses, Larisa Vega dejó atrás una carrera actoral de tres décadas. Guiada por su determinación, enfocó su aprendizaje en el ámbito de la economía y las disciplinas que la prepararían para un rol fundamental como agente de bienes raíces.

Nacida en Camagüey en agosto de 1963, Larisa Vega estableció sus raíces en La Habana desde temprana edad. Después de un recorrido por diferentes lugares, encontró su hogar en Cape Coral, donde junto a su esposo Rigoberto Morales, hermano de la también actriz Tamara Morales, ha tejido una nueva vida.

El camino de Larisa Vega también contó con hitos en la pequeña pantalla. Su debut en «Orden de ataque» (1985), dirigida por Juan Vilar, la llevó a participar en una obra que abordaba la lucha contra el fascismo en Bulgaria. En la telenovela «¡Oh, La Habana!» asumió un rol protagónico como Mercedes, demostrando su versatilidad actoral.

El legado de Larisa Vega trasciende fronteras y continentes. Su transformación de actriz a agente inmobiliaria en Estados Unidos es un testimonio de su determinación y capacidad de adaptación. Aunque su presencia en la pantalla haya cesado, su influencia perdura y su nueva faceta sigue inspirando a quienes siguen su camino.