Hace unos días, México celebró el cumpleaños de una figura icónica, María Rojo, una mujer que ha dejado su huella tanto en la industria del entretenimiento como en el ámbito político. Más allá de los años que han pasado desde su nacimiento el 15 de agosto de 1943 en la Ciudad de México, su legado sigue resonando y su influencia continúa siendo palpable. María de Lourdes Rojo e Incháustegui, conocida artísticamente como María Rojo, es una actriz y política que ha demostrado que no existen límites cuando se trata de perseguir los sueños.

Nacida en una familia de un ingeniero agrónomo y una maestra, María Rojo enfrentó desafíos desde temprana edad. Su infancia estuvo marcada por el nerviosismo y la inseguridad, y tuvo que enfrentar la dislexia. Sin embargo sus innatas habilidades artísticas siempre estuvieron presentes. Desde los 10 años, su camino hacia la fama comenzó cuando participó en un casting para el programa infantil «Teatro fantástico» en 1955. Este fue solo el comienzo de una carrera que se convertiría en una leyenda.

Con tan solo 13 años, María Rojo debutó en teatro y cine, marcando el inicio de una carrera que abarcaría más de cinco décadas. A lo largo de su trayectoria, María participó en una amplia variedad de obras y producciones que abarcan teatro, cine y televisión. Desde obras teatrales como «Mala semilla» hasta telenovelas icónicas como «Acompáñame» y «Corazón salvaje», María Rojo demostró su capacidad de dar vida a diversos personajes.

En el cine, su presencia es igualmente impresionante. Desde «El apando» hasta «La dictadura perfecta», María Rojo ha dejado su marca en la pantalla grande con interpretaciones inolvidables. Su habilidad para encarnar personajes y transmitir emociones la convierte en una de las actrices más respetadas de México.

Pero el impacto de María Rojo no se limita solo al mundo del entretenimiento. Incursionando en el ámbito político, María fue diputada federal plurinominal en 2003 y posteriormente se convirtió en senadora de la República, además de presidir la Comisión de Cultura del Senado en 2006. Su compromiso con la cultura y la sociedad no se desvaneció a pesar de las responsabilidades políticas, y sigue siendo una voz influyente en temas que atañen a México.

María Rojo celebra un cumpleaños más, un día que representa no solo su vida, sino su legado perdurable en la cultura, el arte y la política mexicana. Aunque ya no ejerce un cargo político, su influencia sigue viva en la memoria colectiva y en el impacto que ha tenido en múltiples ámbitos.