Desde su nacimiento el 13 de agosto de 1965 en La Habana, su vida ha sido un viaje lleno de logros y contribuciones a las artes.

El rostro masculino más internacional del cine cubano ha trascendido las pantallas gracias a su memorable papel como Diego en «Fresa y Chocolate». Este largometraje, dirigido por Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, no solo cautivó a la audiencia, sino que también atrajo la atención de la Academia, siendo nominado al premio Oscar en 1995 en la categoría de Mejor Película en Lengua Extranjera. Además, el filme se alzó con el prestigioso Goya a la Mejor Película Extranjera de Habla Hispana.

Sin embargo, la carrera de Perugorría va más allá de la actuación. Su incursión en el teatro fue igualmente destacada. Fue uno de los fundadores del Grupo de Teatro El Público, una plataforma que le permitió explorar su creatividad y su pasión por el arte dramático. Su visión teatral lo llevó a colaborar con figuras influyentes como Carlos Díaz, dejando una huella duradera en la escena teatral cubana.

Pero su talento no se limita a los escenarios y las cámaras. Perugorría también se destaca como pintor y escultor. Aunque no es tan conocida como su carrera actoral, su vocación artística lo ha llevado a realizar exposiciones tanto en Cuba como en el extranjero, llevando sus obras a lugares tan diversos como España, Nueva York e Italia. Este compromiso con las artes visuales refleja su naturaleza creativa y su capacidad para expresarse de diversas formas.

En 2001, su dedicación y logros fueron reconocidos con el Premio de Honor a su carrera cinematográfica en la primera semana de cine iberoamericano «La Chimenea Verde» en España. Este galardón no solo reconoció su impacto en el cine, sino también su influencia en la comunidad cinematográfica internacional.

Recientemente, Perugorría ha incursionado en el mundo de la televisión. En 2021, protagonizó la serie española «Dr. Portuondo», basada en la novela homónima de Carlo Pardial. En esta serie, interpreta a un psicoanalista cubano con un estilo único y extravagante que ha cautivado a la audiencia.

A pesar de su fama internacional, Perugorría sigue viviendo en Cuba con su esposa Elsa y sus cuatro hijos. Su legado como actor, director, pintor y escultor lo convierte en un símbolo duradero de la creatividad y la pasión artística cubana que continúa inspirando a las generaciones venideras.